(Texto tomado de las conferencias 229 y 224 del Pathwork)
Al madurar el planeta, van madurando los hombres y las
mujeres. ¿Qué significa esto realmente? ¿Cómo han evolucionado la mujer y el
hombre, y hacia dónde van? ¿Cuál es la realización última de la feminidad, y de
la masculinidad? En esta fase de la historia la mujer está llegando a ser lo
que realmente es, está saliendo de su confinamiento.
El hombre desconfiaba de manera innata de la mujer, y la
mujer del hombre. Cada uno parecía estar justificado en su desconfianza por la
actitud desconfiada del otro. Dado que el hombre era más fuerte físicamente y
dado que lo físico era la única expresión de los humanos en las épocas
tempranas, el hombre también asumió un aura general de superioridad sobre todos
los que eran más débiles.
Cuando miras hacia atrás en la historia, puedes ver que la
especie entera hizo lo que hacen muchos individuos: retuvo una actitud mucho
después que dejó de ser útil. El hombre retuvo su superioridad mucho después
que la capacidad física dejó de ser el valor principal. Al continuar el
desarrollo surgieron otros valores que se aplican por igual a ambos sexos. Sin
embargo, los hombres – y a menudo también las mujeres – persistieron en
considerar al hombre superior y a la mujer inferior. En la medida en que el
hombre no se enfrentó a sus propios sentimientos de inferioridad y debilidad, y
quiso simular que no tenía esos sentimientos, asumió una posición de arrogancia
y superioridad sobre aquellos que eran físicamente más débiles. Necesitaba
esclavos para convencerse de su propio valor. Esto se aplicaba a los animales,
a los pueblos que dominaba por medio de la guerra y también a las mujeres.
En las antiguas relaciones entre hombre y mujer, la mujer se
puso en posición de víctima al actuar externamente una negación de la
responsabilidad por sí misma; actuaba siguiendo la línea de mínimo esfuerzo
para que así la cuidaran. Quería que una figura de autoridad tomase las
decisiones por ella, fuese culpable de sus errores y luchase contra las
dificultades de la vida. Esto resultó ser un modo de vida decepcionante e
insatisfactorio para ella. Todas las concepciones erróneas resultan ser así
tarde o temprano.
Tanto hombres como mujeres deben encontrar la salida de la
confusión: ¿Cómo puede el hombre ser igual a la mujer sin ser débil? ¿Cómo
puede la mujer estar emocionalmente satisfecha y aun así ser un adulto
autónomo? Estos no son opuestos reales sino consecuencias de la confusión
dualista. Aunque en el curso de la evolución el péndulo deba oscilar de un
extremo al extremo exactamente opuesto, una percepción más profunda de la
verdad unitiva puede ayudar a evitar el exceso
Ya conoces los principios opuestos de dualismo versus
conciencia unitiva. En la dualidad, el hombre se sentirá superior y creerá que
la mujer es inferior. En consecuencia, la explotará pero también se sentirá
explotado por ella. En una relación así, la plenitud es imposible. La mujer
sentirá que es explotada injustamente por el hombre, físicamente más fuerte, y
lo culpará por hacer de ella una víctima. Ninguno de los dos logrará ver el
otro lado, en el que ambos son muy similares y se complementan de un modo
distorsionado. En el individuo sano deben estar representados tanto el
principio femenino como el masculino. Quizás no estén expresados exactamente de
la misma manera en el hombre y en la mujer, dado que las diferencias hacen un
todo complementario.
La mujer en la Nueva Era es
completamente responsable por sí misma y por lo tanto, libre. Se para sobre sus
propios pies, no sólo materialmente sino también intelectual, mental y
emocionalmente. Con esto me refiero específicamente a que sabe que ningún
hombre puede darle felicidad y sentimientos fluidos si ella misma no los
produce amando y teniendo integridad, abriendo su corazón al amor y su mente a
su propia verdad interior. La nueva mujer sabe que amar a un hombre y
entregarse a sus sentimientos por el hombre aumenta su fortaleza. Para la mujer
de la Nueva Era no hay conflicto entre ser un miembro productivo y creativo de
la sociedad, contribuyendo con ella, y ser una compañera amorosa. De hecho, no
es posible amar a alguien con quien uno juega el rol del esclavo para evitar la
responsabilidad por sí mismo. El viejo cuento de hadas de que la carrera
laboral de una mujer la hará menos mujer, menos sensible, menos amorosa, menos
equipada para ser una pareja dadora, nunca ha tenido ninguna sustancia. Este
nuevo estado requiere una fortaleza y una autonomía que se deben ganar. Deben
ganarse poniéndole el hombro al peso de la realidad con todo lo que implica,
pero no en un espíritu de odio, rebelión, competencia, desafío, no imitando los
peores excesos y distorsiones de la masculinidad, la agresión negativa y los
juegos de poder. Tiene que hacerse por medio del poder de la verdad y el amor,
desde el yo superior
La nueva mujer no es ni una esclava del hombre ni compite
con él. Por lo tanto, puede amar, y su amor no disminuirá su auto expresión
creativa sino que la aumentará, tal como su contribución creativa a la vida
aumentará su capacidad para amar. Esa es la nueva mujer.
El hombre de la Nueva
Era ya no necesita una pareja más débil para negar su propia debilidad. Él
reconoce su propia debilidad, la enfrenta y así logra su fortaleza real. Se da
cuenta de que su debilidad siempre proviene de la culpa y que su rechazo de sí
mismo es siempre una negación de la integridad de su Ser Divino, en una forma
u otra. Por lo tanto, ya no existe en él la necesidad de tener un esclavo. Entonces
el hombre no se siente amenazado por un igual. No necesita tener una pareja
inferior para convencerse de su aceptabilidad, la cual, por supuesto, sería
entonces ilusoria de todas maneras. Cuando él enfrenta su debilidad, logra
tener su verdadera fortaleza. Por lo tanto, su relación con la mujer es
verdaderamente de igualdad; no se siente amenazado por alguien que es tan
creativo, idóneo, moralmente fuerte e inteligente como él. No necesita jugar el
rol del amo. Nuevamente, esto le permite al hombre abrir su corazón y
experimentar una plenitud que antes era completamente imposible.
El hombre y la mujer de la nueva era no son
necesariamente individuos perfectos y totalmente desarrollados. Son más bien
individuos que buscan las razones de su falta de plenitud tanto en sí mismos
como en el otro. Así pueden reconocer una influencia mutua negativa en la que
es necesario trabajar juntos. No asumen la actitud de echarle la culpa al otro
con superioridad moral que ensancha la brecha entre uno y el otro, entre el yo
y la verdad. La autonomía es un proceso siempre en crecimiento que disuelve la
desconfianza.
La desconfianza que todavía existe entre los sexos es un residuo
de tiempos antiguos, cuando todo lo que era ajeno y diferente era temido, rechazado
y conquistado por la fuerza.
En la Nueva Era, las diferencias ya no provocarán
miedo. Cuando se confía en el universo, la diferencia siempre posee una
atracción especial. Cuando no tienes miedo de la diferencia sino que te sientes
atraído por ella, te realizas plenamente y disuelves los bloqueos de falsedad.
De ese modo realizas tus potenciales más elevados. Pero cuando tienes miedo y
desconfianza de la diferencia y niegas todo aquello que sea diferente, puedes
usar esto como un indicador de tu intención de permanecer en la falsedad y el
sufrimiento. ( continúa).
Sin amor no se podría reparar nada, no se podría unificar
nada, ninguna verdad se podría lograr jamás. Pero es igualmente verdadero que
no se puede lograr el amor sin la verdad. En un rincón profundo de tu corazón
todavía prevalecen el odio y el miedo, los resentimientos y la desconfianza
hacia el sexo opuesto. Y más importante aún, la voluntad de mantener este
estado, la intención de perpetuar y ocultar estos sentimientos, impide el
florecimiento de los corazones y las mentes en ambos sexos. En la medida en que
todavía te aferres al viejo estado, no lograrás ser tu propio yo y no serás
capaz de relacionarte con el otro sexo y realizarte. Intentar relacionarte así
y realizarte mientras las actitudes viejas permanecen sin cambios, es una pura
pérdida de tiempo, es completamente inútil.
Encuentren ese rincón en su corazón, esa pequeña grieta
oculta en la que odian al sexo opuesto.
Se defienden para no reconocer
esto echando la culpa, acusando, resintiéndose y cerrando su corazón y sus
sentimientos con aparentes justificaciones. La mujer usará el juego de la
víctima, el hombre usará el juego de echar la culpa y de la superioridad.
Culpará a las mujeres por explotarlo y usarlo, y se sentirá superior a esa
parte que hay en ella que la hace débil.
Temporalmente, el péndulo ha oscilado
hacia el lado opuesto. La mujer se ha vuelto militante y al hacerlo, olvida a
menudo su corazón y su amor por el hombre y rechaza el amor. En el
contra-movimiento del péndulo, el hombre ha dejado atrás su agresión positiva y
ha expresado una debilidad que nunca se habría permitido exponer en épocas
anteriores.
Todas estas oscilaciones del péndulo tienen un propósito:
encontrar el verdadero estado centrado. El hombre encontrará ahora su fortaleza
real. Él debe dejar atrás la fortaleza falsa, la superioridad falsa. Tuvo que
volverse débil en forma temporal, pero ahora está llegando a una nueva fortaleza
porque es capaz de enfrentar su debilidad. Es así como expande los valores
reales y el poder real que hay dentro de sí. Por lo tanto, ya no necesita ser
el miembro superior del equipo. Puede permitirse relacionarse con su pareja
desde el corazón, en el nivel de los sentimientos. Del mismo modo, puede
relacionarse intelectualmente en un nivel de igualdad con ella. Este es el
hombre de la Nueva Era.
Para relacionarte es necesario que vayas hasta esa
parte más profunda de ti donde no quieres perdonar ni entender la verdad, donde
quieres mantener tu actitud y seguir odiando. Es necesario que dejes ir el odio
por el sexo opuesto. Tienes que rezar para tener esta capacidad, para amar,
perdonar y entender, para ver que lo que odias y temes, y aquello de lo que
desconfías, existe en ti exactamente del mismo modo que en el otro, aunque
quizás se manifieste de maneras diferentes.
Los dos principios deben estar representados en ambos y
deben complementarse mientras que a veces también son paralelos. Este
equilibrio perfecto no puede ocurrir por medio de una decisión intelectual.
Sólo se puede encontrar en forma orgánica por medio del acto interno del amor, el
acto interno de liberar al sexo opuesto del cautiverio del odio, la
desconfianza y la culpa. Cuando se expresa esta liberación en la meditación
diaria, cuando la gracia de Dios puede trabajar dentro de la conciencia tanto
de la mujer como del hombre, entonces el amor lleva a la verdad, tal como la
verdad lleva al amor. En el nuevo universo los individuos de ambos sexos
funcionarán como seres humanos igualmente productivos, complementándose,
ayudándose, amándose y respetándose entre sí, creando juntos dicha y un mundo
nuevo uno para el otro.
Cuando las relaciones se forman para actuar la
dependencia, el parasitismo, la explotación del otro y/o la necesidad de
dominar y esclavizar, entonces, por un tiempo, estos individuos tienen que
arreglárselas por sí mismos hasta que se establezca un mínimo de autonomía e
independencia. Una vez que este canal creativo se ha establecido, una nueva
libertad puede liberar energías previamente atascadas y la gente puede empezar
a relacionarse con el sexo opuesto de un modo completamente nuevo.
EL VACÍO CREATIVO
¿Qué es el nuevo hombre? ¿Qué es la nueva mujer? Él o ella
es en realidad un receptáculo de la Inteligencia Universal, la Conciencia
Divina, la Conciencia Crística que permea cada partícula del ser y de la vida.
La nueva persona no funciona, decide, piensa desde el intelecto habitual.
Durante siglos el intelecto tuvo que cultivarse como un escalón en el sendero
evolutivo, pero el énfasis ha durado demasiado tiempo.
Durante muchas épocas la humanidad creyó que las facultades
del intelecto eran las formas más elevadas de desarrollo, y algunos todavía
creen esto ahora. De manera que no hacen el intento de viajar más adelante y
más profundamente en su naturaleza interior para encontrar mayores tesoros. Por
otra parte, hay muchos movimientos espirituales que buscan descartar y
desactivar la mente totalmente. Esto es igualmente indeseable porque crea
divisiones más que unificación.
Estando en cualquiera de los extremos, el ser humano no está
pleno, y necesita todas sus funciones intactas para expresar su divinidad. Sin
una mente, se transforma en una ameba pasiva; cuando la mente es considerada la
facultad más elevada, se transforma en un robot hiper activo. La mente entonces
se transforma en una máquina computarizada. La verdadera vitalidad existe sólo
cuando se unen la mente y el espíritu y se permite que la mente exprese el
principio femenino por un tiempo.
Hasta ahora la mente ha estado muy ligada con
el principio masculino: acción, impulso, control. Ahora la mente necesita
expresar el principio femenino: receptividad. Esto no significa que el hombre
se volverá pasivo. En un sentido, será más activo, más realmente independiente
de lo que era antes. Ya que cuando la mente recibe inspiraciones de la
Conciencia Divina, deben ponerse en acción. Esta puesta en acción es
armoniosa, sin esfuerzos, no es una traba. Cuando su mente esta receptiva,
puede ser llenada por el más alto espíritu dentro de ustedes. Entonces su
funcionamiento llega a ser totalmente diferente, por siempre nuevo y
estimulante. Nada se transforma en una rutina, nada se añeja, nada se hace
repetitivo. Ya que el espíritu es por siempre vivo y cambiante. Esta es la
energía y la experiencia que cada vez más personas han encontrado su Centro,
donde el nuevo influjo está funcionando tan fuertemente. El nuevo ser humano toma
todas las decisiones desde esta nueva conciencia porque ha abierto su canal
para ser verdaderamente receptivo ante su Ser espiritual interior. Así, los
resultados en su vida podrían sonar utópicos para alguien que todavía no ha
empezado a experimentar esto. Varios de ustedes ya son parte de este fuerte
movimiento cósmico para el cual ustedes se han hecho disponibles. Experimentan una expansión y una alegría nunca soñadas, soluciones
a los problemas que nunca pensaron que fuesen posibles. Y esto continúa. No hay
limitaciones para su plenitud, para la
paz, para la productividad, para la creatividad de vivir, para la alegría, el amor
y la felicidad, y para el significado que su vida ha adquirido al servir a una
causa mayor.
Ya ha pasado el tiempo para que cada individuo viva sólo para una
vida pequeña, egoísta e inmediata. Esto ya no puede seguir. Aquellos que
insisten en esto bloquean un poder que se volvería destructivo en una mente que
todavía se mueve por el egoísmo. Ese egoísmo viene de la falsa creencia de que
ustedes son felices solamente cuando son egoístas y que son desdichados cuando
no lo son. Esa falsa creencia es uno de los primeros mitos que ustedes
necesitan explorar y confrontar. Así crean una nueva vida para sí mismos y
para su medio, que la humanidad aún no conoce. Se están preparando para esto, aquí y allá, en todo el mundo,
silenciosamente.