domingo, 22 de febrero de 2015

La felicidad es como el amor: un estado interior que se esfuma cuando le ponemos condiciones.





¿Cuantas veces pensaste?: cuando consiga tal cosa seré feliz. Cuando gane el dinero que quiero, la pareja que quiero, la casa, el cuerpo, el auto, el viaje, la salud, el trabajo, el amor, el reconocimiento, el éxito...

 ¿En dónde tengo puesta mi inversión en el banco de la felicidad? ¿En qué logros tengo puesta mi fuente de felicidad futura?
¿Quien es ese que piensa esas cosas, cree e invierte energía en esos objetivos? 

¿Eso es todo lo que soy?

¿Quién es ese que observa al que piensa, siente, proyecta y sueña con lo que fue, lo que debió haber sido, lo que será, lo que no debería ocurrir?
¿Quién es ese que esta por debajo de toda esa actividad de la mente, detrás de los pensamientos?


Si puedo observar mis pensamientos debe ser que no soy ellos ¿Tal vez sea algo más? 

Si no soy mis pensamientos…¿quien soy?

La felicidad es como el amor: un estado interior que se esfuma cuando le ponemos condiciones.

¿Cuál es mi lista de requisitos para ser feliz?

¿y para amar?

                                                                              Silvia Merlo

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