LA DANZA COMO MEDITACIÓN
No importa la música que elijas. Baila entre los muebles de tu casa, baila en tu patio, en la terraza, puedes subir a tu cama, pasear
por la cocina y bailar, no importa el espacio que tengas…sólo baila, creando
espacio interno, siendo la Danza misma, deja que tu cuerpo se exprese y se
mueva, derribando las fronteras de lo que podías permitirte hasta ahora y de lo
que creías acerca de ti mism@.
Cualquier música que elijas es perfecta, lo
importante es que puedas sentirla y te invite a moverte, que extraiga tu
Esencia hacia la superficie, que libere el Ser Creativo que está allí esperando que le abras la puerta.
¿Qué excusa te detiene? ¿De qué ideas está hecha
tu prisión? ¿Cuál es el NO que te atrapa? Mira los barrotes de tu cárcel, Deja
que todos ellos bailen, que tus pensamientos bailen, que el NO y el Si se
encuentren en la danza y se vuelvan Uno.
Enciende la flama, agita las aguas, vuela, salta, canta,
enraizando tu Ser en cada movimiento, despertando tu sensibilidad, tu sensualidad,
tu risa y tu llanto, tu espíritu salvaje, cada uno de tus sentimientos
atravesándote, la danza de los Dioses que mora en tus profundidades buscando
reunirte, unificar tus pedazos partidos, no es demasiada vida, no es demasiado
tarde.
BAILA, BAILA, BAILA…y que la Danza traiga la vida
de regreso, la simple alegría de ser y existir. Si te entregas completamente,
ella te revelará sus secretos: la separación es una ilusión, no estás sol@, la
vida te sostiene, formas parte, siempre formas parte aunque a veces no lo veas,
el Amor es la realidad última.
Silvia Merlo
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